Calefacción, seguros, electricidad… Según los datos del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, el gasto medio de una comunidad de vecinos de 30 viviendas es de aproximadamente 90 o 100 euros al mes. A los que hay que sumar el gasto bastante habitual de las derramas, ya que es común que la comunidad no disponga de fondos de reserva para hacer frente a las reparaciones y gastos imprevistos.

Sin embargo, si se siguen algunas recomendaciones es posible ahorrar a lo largo del año, de manera que además la comunidad de propietarios pueda disponer de un remanente para los desembolsos no previstos que puedan surgir:

• Consumo energético. Instalar sensores y temporizadores en las zonas comunes del edificio, como el portal o los rellanos, o sustituir por focos de bajo consumo los tradicionales son algunos consejos para ahorrar en el consumo eléctrico de una comunidad de vecinos. Un asesor energético puede, además, dar más recomendaciones para reducir el consumo, e informar de ofertas de otras compañías que sean más económicas.
• Cambiar la caldera de gasoil por una de gas natural, además de estar sujeto a subvenciones, puede reducir el consumo en alrededor de un 30%.
• Revisar si son necesarias todas las coberturas que se pagan por el seguro de la comunidad, así como si la valoración del continente y el contenido se ha realizado correctamente, puede reducir el coste de la póliza. Es recomendable también compararlo con los seguros de otras compañías, que podrían resultar más baratos.
• Comisiones bancarias. No se debe descartar la opción de negociar con el banco las comisiones, que pueden suponer alguna rebaja.

Además de esas sumas que se pueden ahorrar de uno y otro lado, que pueden suponer un importe considerable a lo largo del año, es importante reclamar las cantidades impagadas a los vecinos morosos de la comunidad, lo que va a servir para aumentar los ingresos.

Cómo ahorrar en las derramas de una comunidad

Aun cuando una comunidad de vecinos lleva un buen control de sus ingresos y gastos, es inevitable que surjan averías u obras de conservación que es necesario acometer, y que suponen una inversión extra.

Una posibilidad para que la comunidad no se vea en la situación de tener que aprobar una derrama para hacer frente a esos gastos es aumentar un poco la contribución mensual a la comunidad. De este modo, se puede ahorrar un poco mes a mes, y así disponer de un remanente, lo que permitirá que la aportación futura que tengan realizar los propietarios sea menor.

Además, siempre que surja una avería es necesario comprobar si el seguro corre con esa reparación. Y, si no lo cubre, y es la comunidad quien tiene que abonar ese arreglo, la recomendación es comparar siempre entre el mayor número de profesionales, para encontrar la empresa que puede realizar el trabajo con profesionalidad pero también a un buen precio.

Existen, además, subvenciones municipales, regionales, estatales o de la Unión Europea para realizar determinadas inversiones, como mejoras en la iluminación, la sustitución de calderas o la implantación de energías renovables.